Sigo corriendo, me delen los pies, sudo como pollo en rosticería.
-¡YA! ¡YA! ¡YA! ¡ALTO!-
Nada les grito pero aún así no paran. Intento recordar como parar, pero no puedo, no lo recuerdo.
Me comienzan a doler cada vez mas los pies, quiero parar.
-¡ALTO!- les grito, pero siguen moviendose, siguen corriendo.
-¿Porqué no se paran su se los estoy ordenando?-
-¡Que se paren hijos de la chingada!-
-Un momento, ¿yo soy su madre? ¿o tal vez mi madre sea la suya también? ¿O tal vez ambas? ok no, eso último no-
La suela se comienza a terminar y mis pies siguen corriendo.
-Tal vez si lo pido con amabilidad de detengan-
-¿Se podrían parar estimados pies?
No pasó nada.
-¡Miren ahí esta Fer! Voy a saludarlo-
Llego hasta Fer y sus pies dejaron de moverse.